Según Kyle Chapman, analista de mercados en Ballinger Group, la economía estancada de la zona euro refleja una baja demanda y dificultades estructurales persistentes.
El sector manufacturero de Francia sufrió otro mes de declive en febrero de 2025, aunque la caída fue la más moderada desde mayo de 2024. Aunque la industria sigue enfrentando una débil demanda, la mejora fue una señal de que la situación podría estar comenzando a estabilizarse. El índice PMI de la manufactura subió ligeramente en comparación con enero, pero permaneció por debajo de 50, lo que indica que el sector sigue en contracción. A pesar de una ligera recuperación, las señales de crecimiento siguen siendo débiles.
La caída más leve en la manufactura se reflejó en una desaceleración en la producción industrial, que experimentó su menor caída en nueve meses. Sin embargo, las nuevas órdenes seguían siendo bajas, lo que sugería que el sector aún no estaba listo para un resurgimiento económico. Los costos de producción siguieron aumentando debido a los altos precios de las materias primas y los insumos, lo que agravó aún más la situación del sector. La falta de crecimiento en las órdenes y la continua debilidad en la demanda mantenían al sector atrapado en una recesión.
A pesar de la desaceleración, las expectativas sobre el futuro no son positivas. El aumento de los costos de producción y la continua ola de despidos aumentaron la incertidumbre. La contracción económica parecía extenderse más allá del sector manufacturero, afectando a todo el panorama económico de Francia. La baja en el PMI de los servicios también mostró una caída significativa en la actividad de este sector, lo que empeoró aún más el panorama económico de Francia. Esto fue preocupante, ya que el sector servicios había sido considerado uno de los pilares de la economía francesa en los últimos años.
