Las negociaciones comerciales entre EE.UU. y China están 'estancadas', según el secretario del Tesoro estadounidense, tras una tregua arancelaria acordada este mes.
Las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China se encuentran en un punto muerto, según declaró el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, en una reciente entrevista.
Estas declaraciones llegan menos de tres semanas después de que ambas potencias acordaran una tregua comercial temporal, comprometiéndose a reducir los aranceles impuestos mutuamente. El acuerdo, alcanzado a principios de mes en Suiza, incluía la eliminación de algunas tarifas y la suspensión de otras durante 90 días.
Bessent señaló en una entrevista con Fox News:
"Dada la magnitud y complejidad de estas negociaciones, será necesario que los líderes de ambos países intervengan directamente".
El secretario reconoció que las conversaciones han perdido impulso, pero insistió en que continúan avanzando. "Confío en que tendremos más diálogos con China en las próximas semanas, y es posible que se concrete una llamada entre el presidente Trump y su homólogo chino, Xi Jinping", afirmó.
Bajo el acuerdo alcanzado este mes, Estados Unidos redujo sus aranceles a productos chinos del 145% al 30%, mientras que China disminuyó sus tarifas retaliatorias del 125% al 10%.
La política arancelaria del expresidente Trump enfrenta desafíos legales tras una reciente decisión judicial que determinó que había excedido su autoridad al imponer estos gravámenes. Sin embargo, un tribunal de apelaciones suspendió temporalmente el fallo, permitiendo que las tarifas sigan vigentes mientras se resuelve el caso.
Algunos analistas sugieren que esta incertidumbre legal podría disuadir a otros países de acelerar acuerdos comerciales con Estados Unidos. Mientras tanto, delegaciones comerciales, como la de Japón, continúan sus negociaciones en Washington.
Bessent mencionó que algunos acuerdos comerciales están "muy cerca" de concretarse, mientras que otros presentan mayor complejidad. La administración estadounidense ha utilizado históricamente los aranceles como herramienta de negociación para reducir sus déficits comerciales.
