La Comisión Europea presentó el Pacto por una Industria Limpia con 100 mil millones de euros. Objetivo: apoyar tecnologías limpias, reducir emisiones y fortalecer la competitividad de la UE frente a China y EE.UU.
La Comisión Europea ha presentado el Pacto por una Industria Limpia, con el objetivo de apoyar a las empresas en el desarrollo de tecnologías limpias. En respuesta a la competencia internacional, ha anunciado una inversión inicial de 100 mil millones de euros. La Unión Europea debe convertirse en el destino global para las tecnologías verdes, uno de los principales objetivos del Pacto.
La idea es hacer de la descarbonización un factor de crecimiento y reindustrialización del continente. El plan está diseñado para ayudar a los 27 Estados miembros a hacer la transición a una economía baja en carbono y, al mismo tiempo, mantenerse competitivos frente a China y Estados Unidos. "El Pacto por una Industria Limpia representa un cambio de paradigma en la política industrial europea. Por primera vez, se habla de preferencia europea, especialmente en las compras públicas, para fomentar las tecnologías verdes fabricadas en Europa", explica Neil Makaroff, director del think-tank Strategic Perspectives.
La Comisión propone movilizar más de 100 mil millones de euros a corto plazo. También quiere ofrecer previsibilidad a las empresas. El objetivo es reducir los costes energéticos para la industria, comenzando por los sectores intensivos en energía, como el acero y el cemento, así como para los hogares. La Comisión también quiere actuar en el sector de las tecnologías limpias, que será clave para la competitividad y el crecimiento.
Sin embargo, algunos cuestionan el propósito de este plan. Los críticos temen que esta estrategia sea una forma indirecta de desmantelar el Pacto Verde, el proyecto estrella del primer mandato de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. En respuesta a estas preocupaciones, la Comisión subraya que su objetivo es alcanzar la neutralidad climática para 2050 y mantiene su ambición de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55 % para 2030.
